‘Zhenshchiny’: el valor oculto de Rusia

El Ruso se vuelca por completo en una selección de obras que nos analiza a través del arte, la historia, costumbres y tradiciones de Rusia desde los diferentes roles de la mujer rusa con todas sus luces y sombras.

Si ya el Museo Ruso nos mostró la historia de su país con diferentes hilos conductores y temas, en esta ocasión lo hace desde la mujer. Mediante un recorrido de obras que van desde el siglo XVI hasta nuestros días, se presenta a la mujer y su evolución dentro de la sociedad rusa, desde su juventud a su vejez, de campesinas a reinas, en sus festejos y tradiciones o en la cotidianidad de sus días. La mujer rusa se muestra ante nosotros desde los variados objetos artísticos que podemos contemplar en las salas, ya sean pomposos espejos, dorados juegos de té, ricos jarrones o desgarradores lienzos llenos de emoción.

La exposición consta de diez secciones o aspectos de la mujer rusa, empezando por ‘‘Vírgenes y Santas’’, cuya sala invade la sensación de recogimiento y contemplación que nos transmiten iconos como ‘‘La Virgen de Vladimir’’, todo ello enmarcado por ese sacro color rojo que ofrece la impresión de estar en cuatro esquinas ‘krasnyy’. A continuación, descubrimos ‘‘Campesinas’’, que da una imagen ideal, feliz y festiva de la vida en el campo, donde las tradiciones se mezclan con cuadros llenos de alegría. Dejando el júbilo y el colorido atrás, con ‘‘Damas’’ nos introducimos en un ambiente sobrío donde destacan los vestidos y las joyas de inspiración parisina en los distinguidos retratos ‘art nouveau’. Es fascinante como los espejos consiguen imbuirnos aún más en el ambiente de principios de siglo XX. Ante ‘‘Emperatrices’’ el espectador es sorprendido por impresionantes retratos regios de mujeres poderosas, obras que enseñan la grandeza y la riqueza de Rusia. Contrasta con el patetismo y la tristeza de la sala‘‘Destinos de Mujer’’, donde la dureza del trabajo femenino y el drama de los matrimonios concertados nos rompen el corazón. Es la mujer ante la realidad.

En ‘‘El Pintor y su Modelo’’, la mujer es el objeto de atención y de inspiración para el pintor. Es en esta sección donde contemplamos retratos de familiares y esposas cercanas, algunos demasiado impersonales, como si su vínculo no quedase patente en la obra. La siguiente sala podría considerarse erróneamente una continuación de la anterior, pero en ‘‘Desnudos’’, la mujer se muestra al natural, en situaciones íntimas que sugieren un aire de erotismo ‘voyeur’. Sin embargo, se da un vuelco de 180º cuando entramos en ‘‘Creadoras’’, allí es la mujer quien tiene el papel activo: no solo se presenta como pintora, sino como bailarina, actriz… representante de todas las artes, que al unísono reclama la independencia y la igualdad con los hombres a través de su obra. La penúltima sección, ‘‘Fotografías’’, expone las historias de la mujer de hoy en día por medio de fotografías hechas en su mayoría por mujeres artistas. Aquí la mujer contemporánea rusa cuenta sus historias por medio de la tristeza de sus expresiones, el gris de la sala y la tenue luz, tan duras como reales. Nos despedimos con una de las facetas más globales y dulces de la mujer, la maternidad. En ‘‘Madres’’, se abandona la idealización de la maternidad, -apreciable en el icono de la ‘‘Virgen de la Ternura’’-, y se reivindica el papel de las madres, sea cual sea su estatus social, su etnia, su modo de vida, todas ellas se enorgullecen de ello, un broche de oro. Esta exposición supone un punto de inflexión sobre la importancia y la trascendencia de la figura femenina ya sea a la luz o en la sombra; un tributo en clave de discurso museológico para esas heroínas que levantaron Rusia todos los días.

La exposición: ‘‘Santas, Reinas y Obreras. La imagen de la mujer en el arte ruso’’.

Comisariado: Evguenia Petrova y Joseph Kiblitsky.

Lugar: Colección del Museo Ruso, Tabacalera.

Fecha: Del 26 de febrero de 2019 al 27 de febrero de 2020.

Horario: Martes a domingo, de 9.00 a 20.00 horas.