Vivir a la vanguardia
Desirée Paneque Navas
Exposición Lee Miller Surrealista/ Foto: web La Térmica.
Esta exposición nos invita a un recorrido cronológico por la intensa vida de la modelo, fotógrafa y corresponsal de guerra Lee Miller Penrose a través de la mirada surrealista de sus fotografías.
Tras diez años desde la exposición ´Lee Miller, evocación y recuerdo´ de la Fundación Picasso que se centró en la relación entre Picasso, Miller y Penrose, vuelven a la ciudad sus fotografías, esta vez con ella como única protagonista. Como ya adelantaban en el catálogo de aquella exposición “Muchas vidas caben en la biografía de Lee Miller, muchas e intensas vidas”. Así nos la muestran en La Térmica. Las hojas de sala, los textos repartidos entre las fotografías y los dos documentales que complementan la exposición tienen una clara intención didáctica y nos transmiten la inquietud y la incesante búsqueda vital de la artista. En un primer recorrido, si el visitante ignora los textos y se deja llevar por la obra de Miller, la exposición no parece necesitar ningún añadido. Sin embargo, cuando se agrega toda la información de los documentales y los textos, enseguida se percibe que sin ella la experiencia se quedaría solo en la superficie.
En la primera sala encontramos fotografías realizadas junto a Man Ray en París. Muchas de ellas fueron atribuidas erróneamente a él. Fotografías propiamente surrealistas, su versión del ´objet trovée´ en la `image trouvée´ y, especialmente, el desarrollo de la solarización o efecto `Sabattier, difícil de dominar y que se convertirá en emblema de la relación profesional entre Man Ray y Lee Miller. En algunas de las fotografías de este momento podemos ver el reclamo del lugar de la mujer, una crítica al arte tradicional que siempre la representó desde el ojo masculino, todo ello desde la ironía y la actitud desafiante que caracterizan a Miller. No podemos quedar indiferentes ante la fotografía que nos muestra un pecho amputado que captó en un hospital parisino, servido pulcramente en un plato, adelantándose a las poéticas de lo abyecto actuales.
Desde su propio taller en Nueva York, nos acercamos a las fotografías de moda, las imágenes publicitarias y los retratos que realizaba por encargo. Su refinamiento estilístico y el cuidado de la composición hicieron que su estudio tuviera un gran éxito.
De su estancia en Egipto junto a su primer esposo Aziz Eloui Bey, merecen especial interés las perspectivas de sus excursiones por el desierto cargadas de simbolismo, muy lejanas a la habitual fotografía turística. También encontramos algunas fotografías que muestran su relación con el círculo intelectual parisino, entre las que hay que destacar su amistad con Picasso a quien realizó unas mil cien fotografías.
En la segunda sala cambia radicalmente la temática. Estalla la Segunda Guerra Mundial. Para los que no se pierden un documental bélico, esta visita se vuelve imprescindible. Una mirada que sólo la fotografía artística puede ofrecer, especialmente por la mano de Miller, de su ironía y con su entereza ante escenas que hacían desmoronarse a otros. Retrató las calles de Londres durante el periodo de los ataques aéreos desde su perspectiva surrealista que se muestra especialmente en la imagen titulada ´Vengándose de la cultura´. Cabe destacar que en esta sala se encuentran imágenes de la sesión realizada en el apartamento de Hitler en Múnich que no es exhibida habitualmente.
La artista que prefería “hacer una foto que ser una” acabó convirtiendo su propia vida en una obra de arte vanguardista, experimental, sin dejarse amedrentar nunca por lo establecido. En una carta a Penrose escribió Miller: “no he malgastado ni un minuto de mi vida”.
La exposición: `Lee Miller Surrealista´.
Comisarios: Vittoria Mainoldi y Mario Martín Pareja.
Lugar: La Térmica. Avenida de Los Guindos, 48.
Fecha: Hasta el 26 de febrero.
Horario: Martes a domingo, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 horas.