Quisiera ser un pez
Natalia Cardoso
Foto: Enrique Res
El Espacio Cero del Contenedor Cultural ofrece una muestra colectiva de Back, Clara Antón, Drili, Fenxi, ImonBoy, Oxi69 y Pablo Dillier, artistas que comparten lenguajes en torno al grafiti y al buceo.
Honestamente: es muy difícil escribir sobre una práctica artística furtiva como el grafiti, es esencialmente inatrapable. El grafiti es algo que por su propia condición está en constante flujo, y que podemos considerar como una evidencia de su vertiginoso tiempo, un tiempo líquido: nuestro tiempo. A través del ritmo de las sociedades hoy -como en la ciudad y los espacios, de los soportes, de las imágenes e internet- y que a pesar de estar profundamente vinculado a la cultura visual, muy poco tiene que ver con los media art –que parecen tener la potestad última para encarnar dicha aceleración. También es difícil, entre otras cosas, porque en parte aprendes a alfabetizarte como autor o como público de forma autodidacta: los códigos y las estrategias no se enseñan en las instituciones, pues pertenecen a otra esfera. Además se dan una serie de confusiones propias entre las diferentes formas que derivan de la práctica original y que, quizás, cabría subrayar que poco tienen que ver ontológicamente con productos urbanos subordinados de ciertas estrategias gentrificadoras.
Tal vez por ello, la experiencia estética en esta exposición es analógicamente inmersiva. Fishpeople nos hace aproximarnos, mirar de soslayo y encuadrar una práctica para muchas personas ajena, narcisista, vandálica o arbitraria pero que es centrífuga: se expande desde el individuo hacia el espacio público y podemos observar que es dónde reside su poder político.
Al entrar, las personas asistentes de la sala nos proveen de una pequeña linterna para ver la exposición. Tras adaptar nuestros ojos a la oscuridad puedes acercarte a las paredes. No consigues ver las obras sin apuntar con la linterna. La percepción global del espacio se diluye a oscuras y, posiblemente, esto guarde relación con cuestiones derivadas del axioma graffiti-identidad. En la masa oscura puedes acechar a las piezas y aquí, ellas se revelan. La huella de estos siete artistas preserva una mirada que conforma la identidad colectiva, obviamente unidos por su ejercicio artístico y por aquello que lo rodea. La atmósfera de la apnea se rompe al chocar con ese contraste de lenguajes. Si podemos clasificarlos como dibujos, pinturas, máscaras, fotografías y ready-mades para un ecosistema ocioso y ecléctico. Para algunos de ellos, se trata de una de las primeras experiencias expositivas aunque otros ya cuentan con numerosas muestras a sus espaldas. Al cambiar el ecosistema artístico de la calle, o de internet, por el espacio del cubo blanco, se trabaja con sus riesgos y, en muchas ocasiones, esto reconfigura las estrategias propias. Ahí es donde también debe encontrarse el diálogo curatorial, llevado a cabo en esta ocasión por el también artista Enrique Res.
Al volver a la sala exterior, puedes enfrentarte a un políptico de imágenes de pequeño formato frente a varias peanas. Sobre ellas encontrarás varios montones de esas mismas fotografías que están en la pared, ahora apiladas y con un formato doméstico para que puedas llevarte contigo. Esto último, que puede parecer anodino, se trata de una forma silenciosa de transportar los gestos de estos artistas a una gran cantidad de espacios privados. Puedes imaginar las fotografías pinchadas en los corchos en las habitaciones, en álbumes en el salón, sobre la nevera con un imán, dentro de un libro como marcapáginas… Lo que acaba por resolver y voltear el cariz centrífugo (del individuo al público) a un retorno centrípeto (de lo público a lo privado) de otros individuos expandiéndose a los espacios íntimos. La imagen se revela aquí como dominadora de la práctica. A través de ese proceso de registro, nos hacen acercarnos a su cotidianidad. Podemos oscilar entre el submarinismo y la apnea, entre la práctica de salir a pintar y su registro documental, donde establecen unas dinámicas que comparten con el público. En Fishpeople, más que observar a Back, Clara Antón, Drili, Fenxi, ImonBoy, Oxi69, Pablo Dillier y sus obras y procesos, sucede sutilmente a la inversa: son ellos quienes nos han sorprendido en su pecera y, sigilosamente, han preparado el anzuelo.
La exposición: “Fishpeople”.
Comisario: Enrique Res.
Lugar: Espacio Cero. Contenedor Cultural UMA.
Fecha: Hasta el 4 de marzo de 2022.
Horario: De lunes a viernes de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:30 horas.