La medicina ilusoria

Nerea González Cazorla

Madre e hija nos llevan de la mano a un mundo ficticio y, a su vez, real, donde la medicina, la enfermedad, el arte y la escritura se funden en un viaje fantástico para el espectador.

Mediante la unión de sus distintos ámbitos artísticos, Teté Vargas-Machuca y María Eloy-García, madre e hija respectivamente, crean una exposición narrativa cuya figura principal es la del doctor Federico E. G., un personaje procedente de la imaginación creativa de Vargas-Machuca que ha sido dotado de personalidad gracias al trabajo textual de Eloy-García, quien crea una biografía ficticia y original con elementos como el “cuitómetro”, aparato inventado por el doctor para medir la tristeza. Teté Vargas-Machuca, formada en diversas disciplinas artísticas en la Escuela de Arte San Telmo y galardonada con diversos premios, centra su trabajo artístico en el concepto de memoria, resultando su obra un conjunto de recuerdos del pasado y del momento presente, centrándose especialmente en la exposición de personas enfermas y con deformidades, pues su interés principal es hacer visible aquello que la sociedad pretende ocultar.  Por su parte, su hija María Eloy-García realizó estudios de Geografía e Historia, ha participado en numerosas revistas como Laberinto o Litoral y ha recibido diversos premios de poesía y escritura por sus publicaciones; su estilo se caracteriza por la agitación cultural y la crítica y autocrítica.

De la mano de la comisaria María Bueno, ambas artistas compilan sus obras en la colección particular El Legado de Federico E. G., expuesta en el Rectorado de la Universidad de Málaga (UMA). La intención de la exposición es presentar a los espectadores el mundo de la medicina desde una perspectiva crítica y metafórica, pues ambas entienden nuestra sociedad contemporánea como un “lugar enfermizo-obsesivo-compulsivo”. Este conjunto de obras surge del interés común de madre e hija por la enfermedad y la muerte, uniendo ambas el conocimiento artístico con el mundo científico y médico, mundo al cual pertenecen algunos de sus familiares, a quienes dedican estas obras. Según Eloy-García, la exposición quiere transmitir un mensaje de apoyo y admiración a aquellas personas anónimas que, gracias a sus estudios y avances, mejoran la sociedad, aspecto este íntimamente relacionado con la presencia de la pandemia que vivimos actualmente.

El aspecto de falsedad y ficcionalidad tan característico de la exposición lo recrean las artistas a partir de lo que consideran elementos de engaño de los museos, los cuales generan en los espectadores sensaciones e ideas de importancia, ensoñación e interés mediante el empleo de diversos objetos, como vitrinas o cordones, que inspiran a los visitantes determinadas emociones falsas e ilusorias. Los museos, con sus distintos dispositivos y diversas maneras de exponer los artefactos artísticos, otorgan mayor importancia a unas obras sobre otras. Así, en las salas se destacan determinadas piezas otorgándoles una mayor valoración de la que pueden poseer, llevando a los espectadores a creer en el prestigio de ciertas obras y a categorizarlas como objetos de gran valor artístico sin que el público llegue a razonar porqué poseen ese valor o si es que acaso lo poseen. Esto lleva a los museos a ser, en ocasiones, el epítome de la falsedad artística, idea que acogen Vargas Machuca y Eloy-García en su exposición, haciendo verosímil mediante las diversas obras e instalaciones a un médico tan imaginativo y transgresor como Federico E. G.

Para lograr exhibir la vida y el trabajo del ficticio doctor, madre e hija exponen instalaciones conformando pequeñas estancias que ejercen de dormitorio, laboratorio, etc., y que unen el mundo ingenioso e imaginativo de Federico E. G. con la obra creativa de ambas artistas en una perfecta fusión, generando un ambiente mestizo de diversas disciplinas e ingenios. Estas estancias llenas de artificios con intención de verosimilitud se relacionan con la idea del museo como un gran habitáculo, también imbuido en falsedad. El nivel de engaño con intención de realidad se expresa en elementos como árboles genealógicos, fotografías, objetos personales, instrumental médico, etc., elementos que nos invitan a querer conocer aún más al interesante personaje con anteojos y gran conocimiento médico y científico.

Como ya se ha expuesto, es remarcable la intención de verosimilitud en este conjunto de obras; no obstante, también es digno de mención el aspecto artístico e imaginativo que posee, tan inventiva, expresiva y llena de magia que lleva al espectador a un mundo de fantasía e imaginación que le gustaría asumir como real.

La exposición: “El Legado de Federico E. G.”

Comisaria: María Bueno

Lugar: Rectorado de la Universidad de Málaga. Avenida de Cervantes, nº2.

Fecha: Del 18 de febrero al 25 de marzo de 2021.

Horario: De lunes a sábados de 10h. a 18h.