La necesidad de ser uno mismo

En el Centro de Arte y Cultura Contemporánea La Casa Amarilla de Málaga, el joven artista Le Petit Kaiser presenta “Skuad”, su peculiar y primera exposición individual, bajo la familiar visión infantil.

Era lógico que me perdiera por las calles de Málaga, un extraño que se agobiaba buscando el camino correcto para llegar a su casa entre la gente. Cuestioné mi sentido de la orientación y derrotado, pregunté, pero no supieron decirme la vía correcta.

Decidí dejar de pensar y vislumbrar cualquier lugar donde preguntar. Un escaparate curioso se presentó ante mí. Una especie de botella, unos dados de papel, un casco de moto y unos papeles. Todos con tarjetas amarillas y con un mismo tipo de diseño.

Me interné en aquel lugar extraño, la curiosidad no era ajena a mi persona. Un pequeño espacio, lo que parecía una galería de arte se dejó ver y juzgar. Cuadros en las paredes, una mesa con diferentes objetos, una señal de tráfico pintada apoyada en la esquina más alejada de la entrada. ¿Qué era aquello? Sin comprender nada, la persona que hasta ese momento pasaba desapercibida detrás de un mostrador me sobresaltó. Viendo mi rostro, la joven rubia entendió que no la había comprendido y volvió a repetir la misma pregunta: “¿Conoce a Le petit Kaise?”. Mi respuesta fue rápida y clara, para nada lo conocía. Aquella réplica pareció gustarle pues la mujer comenzó a contarme la historia del joven que había estado trabajando en su obra en la tercera planta de aquel lugar que llamaban La Casa Amarilla y que se interesaba por el crecimiento y el reconocimiento de los nuevos artistas.

Había estado realizando la obra en base a su vivencia con un grupo de amigos del que, aún estando unidos, se echaban de menos. Las típicas pandillas de barrio que, tras el paso del tiempo, continúan sus vidas por caminos separados pero que al volver a su lugar natal, se dan cuenta que siguen siendo lo que eran, unos niños que vivían de las experiencias jugando en las calles de la barriada.

Me quedé admirando los cuadros. Todas las piezas de la exhibición tenían la misma visión infantil y entonces comprendí la obra en su totalidad. Era una retratística contemporánea de los personajes que rodean al artista donde la añoranza queda fraternizada con el humor, los colores vibrantes y el ambiente de barrio que se muestra en los fondos de graffiti.

En mi casa, gracias a Celeste, no pude contener las ganas de buscar al artista en internet. Conocido como Le petit Kaiser, Jesús Azuaga presenta su primera exposición individual en el Centro de Arte y Cultura Contemporánea La Casa Amarilla.

“Skuad” pretende mostrar la vida de un barrio, de una pandilla. Presenta no solo cuadros, sino también diversos objetos cotidianos a los que el propio artista les confiere su toque personal como por ejemplo “420KMH”, una señal de tráfico endulzada con la imagen de un “niño” de ojos llorosos y manchones de sprites con ojos saltones pegados. Aparece una realidad fuera de lo común, un “gatesaurio” frente a una señal de parking, una escayola de niño pintada con una especie de Venus, el cuaderno de bocetos del artista, un boxeador, un pandillero fumando, un ladrón, una persona con una “mistery box” en la cabeza…

Le petit Kaiser no presenta una simple obra, sino una de colores fuertes, chillones, de sprites; de personajes melancólicos y diversos; de fondos estrafalarios e impactantes; de melancólicos recuerdos pero de cariños interminables. Le Petit Kaiser nos muestra una obra de reflexión ante una sociedad de etiquetas y prejuicios como es la contemporánea, incapaz de desterrar todo aquel encorsetamiento para dejar libre la visión de la niñez controlada por la madurez del ahora. En definitiva, regala al mundo a su familia escogida, sus amigos de toda la vida.