Capote de diseño e icono

Roy Postigo López

Capote de diseño e icono

Foto: Roy Postigo López

El MUPAM acoge al diseñador Manolo Prieto en el trigésimo aniversario de su muerte. La muestra recorre la perspicaz trayectoria del forjador de identidades a través de la publicidad y el diseño dirigido al consumo en una España que comenzaba a recuperar su color.

No nos hallamos ante un creador a la maniera vasariana. Manolo, en esta faceta, no es artista, sino diseñador de imágenes, no siempre reconocidas artísticamente. Prieto, gaditano de 1912, fue precursor del diseño gráfico nacional hacia el ecuador del pasado siglo. El diseñador fusiona el hecho artístico y publicitario, requiriendo un visor holístico. Estos profesionales están detrás de las igualitarias líneas de IKEA, de rótulos que marcan paisajes o variopintas campañas. ¿Su cometido? Despertar al capitalista a comprar, profiriéndole un icono. Los diseñadores gráficos no distan en demasía de pintores contrarreformistas, quienes debían inducir al feligrés en el consumo sacramental. Murillo, con sus divas-Inmaculadas, y Prieto, con su hispa-Toro, están próximos conceptualmente. Audacia comunicativa, cognitiva, visual y comercial.

Comenzó como pintor en El Puerto de Santa María, cuna del niño que precozmente dejó de serlo. Sin alcanzar los veinte años dejó su pueblo andaluz por el frenético Madrid de los albores republicanos. Tuvo que abandonar su formación en la Academia de San Fernando por una aletargada beca, postergando al pintor y alumbrando al diseñador. Su potencial dialéctico lo catapultaría a la élite publicista entre 1940-1960. La exhibición recupera una treintena de portadas de Novelas y Cuentos. Estas eran publicaciones semanales que proveían al vulgo de grandes loores literarios. El idilio Manolo-revista duró 17 años (1942-1957). Encontramos cubiertas costumbristas, como La Virgen del Rocío ya entró en Triana; o la metonimia visual resumiendo La Campana de Huesca. Estimación merece la original puesta expositiva de estas en sala, ofreciéndonos bocetos de Prieto, cuyo minúsculo tamaño responde al interés por plasmar lo imprescindible del mensaje. Siendo su grueso productivo (610 portadas), cuentan con gran representación en esta muestra. Su lenguaje evolucionó hacia la sutileza poética en respuesta a la premura creativa, pues compaginó esta rama con la publicidad.

Ocupó relevantes puestos en Azor, empresa propagandística crucial del momento. Creó elocuentes campañas para célebres firmas como Renfe o Iberia; confeccionando también carteles escénicos o festivos, regajos de modernidad en mediáticos espacios como la Gran Vía madrileña o la malagueña calle Victoria.

1956 fue clave para la proyección de Manolo como referente inmortal, condición reivindicada por la exposición. Un grito en la niebla, composición recreada en 3D para la muestra, promocionó un Cuentos y Novelas de 1956. Pero lo más reseñable del año fue la aparición de una pieza paradigmática para nuestra cultura visual: el Toro Osborne. Prototipo de la obra de arte (publicitario) en la época de su reproductibilidad técnica, nació como valla publicitaria para Osborne. Recorremos el camino que llevó al anuncio de brandy jerezano a convenirse en referente cultural (BIC) andaluz y español. Sin adosarle carga doctrinal, su relevancia icónica recae en la contemporaneidad que mantiene. Arte e industria fraguan este ídolo patrio. El aperturismo (desde 1960) precipitó el desbanque generacional, provocando la reinvención de Prieto. Este se consagró a la talla de monedas conmemorativas, exponiéndose la relativa al cuadragésimo aniversario del asesinato de Lorca.

La innovación en el montaje rebosa frescura conceptual. Así, encontramos una carpeta de recortes, inspiraciones para Prieto, reflejando su incesante exploración visual. La dedicación de un preponderante lugar a nuevas generaciones dispersa la momificación del legado de Manolo, actualizándolo. Visitar la muestra es transgredir, rebelarse contra los tiempos avistando una figura que, gracias a esta iniciativa, seguirá siendo grafista, andaluz, contemporáneo y pionero.

> Playlist visita

La exposición: “La huella de Manolo Prieto. Grafista, andaluz, contemporáneo, pionero…”.

Comisarios: Juan Aguilar y Emilio Gil.

Lugar: MUPAM (Museo del Patrimonio Municipal), Málaga.

Fecha: Del 30 de marzo al 27 de junio de 2021.

Horario: De martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas. Lunes cerrado.