Pasacalles contraculturales y fotografías de lo ‘camp’

El Centro Andaluz de las Letras, en colaboración con el Ayuntamiento de Cantillana y el Instituto de Género e Igualdad de la Universidad de Málaga, rinde homenaje a dos artistas clave de la Transición española en su muestra Ocaña por Colita.

La exposición Ocaña por Colita, enmarcada dentro del ciclo “Camp, Copla, Queer”, se erige como un emotivo tributo, no solo a dos grandes artistas e iconos de la cultura española, sino a la síntesis de identidades, performatividades e historias que engloban el imaginario colectivo de un período tan paradigmático para la democracia como es la Transición.

A través de la lente de Isabel Steva Hernández, más conocida como Colita, y José Manuel González asistimos a una conmovedora visión de la vida, la obra y el legado de José Pérez Ocaña, gracias a las diez fotografías que componen la exposición y que dan cuenta de la esencia del artista y su profundo vínculo con el entorno y el espacio público.

La selección de obras cedidas por el Ayuntamiento de Cantillana, municipio del que era originario Ocaña, destacan por su capacidad para transmitir la singularidad del artista y ‘performer’ a la par que ofrecen al espectador una narrativa visual sobre dos décadas tan emblemáticas para la transformación y el cambio de la sociedad española como son los años setenta y ochenta.

Las fotografías de estudio tomadas por Colita durante mayo de 1977 resultan fundamentales para comprender el carácter reivindicativo de Ocaña, quien posa con peineta y mantilla en un acto performático visiblemente cercano a lo que Susan Sontag describe como ‘camp’, donde enfatiza una feminidad artificial que busca llevar al límite la teatralidad.

De la misma artista se presentan imágenes de los pasacalles que el artista sevillano organizó en Barcelona, se trata de testimonios callejeros de 1982 donde reportaje y retrato se fusionan en un dialecto propio de la fotógrafa. En un momento clave de la contracultura barcelonesa como fueron los años ochenta, se vislumbra la vitalidad y originalidad de un Ocaña que, lejos de ser solo un artista, se posiciona como un activista por las libertades sexuales. Aparece, así, paseándose por las Ramblas junto a su pareja Camilo, en un ejercicio de reinterpretación de la Semana Santa andaluza en el contexto cosmopolita de una Barcelona que se presentaba como alternativa y transgresora.

La exposición se completa con dos fotografías tomadas por José Manuel González en Cantillana. La última de estas imágenes, que podría pasar inadvertida, se torna especialmente relevantes al cerciorarnos de la fecha, 1983, días antes del trágico fallecimiento del artista.

Además de los documentos gráficos, la exposición incluye un breve texto introductorio de Juan María Rodríguez, director del Centro Andaluz de la Fotografía, que ofrece un marco histórico que permite al visitante adentrarse en el contexto en el que las imágenes son tomadas y que sirve de antesala para el acercamiento al legado cultural de los dos artistas que dan título a la muestra. Es este texto, junto a la labor de comisariado de Javier Cuevas del Barrio, lo que contribuye a enriquecer la comprensión de la exposición, pues si bien se trata de una selección reducida de obras, el hilo conductor de las mismas se establece por medio de una gran sensibilidad artística que fomenta y ofrece un espacio de reflexión sobre la identidad como fuerza política, la memoria colectiva y el impacto de un artista de espíritu libre y rebelde.

En definitiva, Ocaña por Colita celebra la riqueza de la performatividad, la teatralización y la ambigüedad que desdobla los límites de identidad sexual y que busca provocar a través de actitudes y posicionamientos que hoy entendemos desde el prisma de la militancia antifranquista. Por medio de una cuidadosa selección de fotografías y un enfoque meticuloso, el Centro Andaluz de las Letras da visibilidad al espíritu reivindicativo que la alianza formada por Colita y Ocaña encarnaba.