París a través de la lente de Brassaï

El Museo Picasso de Málaga ampara la exposición de fotografías que Brassaï realizó en París, mostrando su visión peculiar de la ciudad. Entre todas las obras que congrega encontramos más de doscientas entre fotografías y otras disciplinas, como pintura y escultura.

La cámara de Brassaï se convierte en el ojo que todo lo ve en la ciudad parisina, transformando la fotografía de la época de entreguerras con la cámara Voigtländer Bergheil de amplias dimensiones con placas de vidrio. Según el propio Brassaï, gracias a esta cámara pudo percibir las emociones de una forma visual, pudiendo investigar y mejorar sus técnicas fotográficas, como la que inventó para enfocar en sus imágenes el primer plano, y de una manera brusca romper con ese primer plano para llegar al fondo, creando una escena dividida en dos partes a través de un eje horizontal.

Otra de sus técnicas consistirá en una preparación de la escena previa, hasta ser más espontáneo en sus creaciones y, gracias a esto, capturar la complejidad de la sociedad de la forma más simplificada.

La fotografía en 1900 ya no sólo pretendía imitar a las demás artes, cambia en los años 1920-1930 cuando comienza a sacar potencial de las fotografías artísticas. El auge de su fotografía se debió a que se fueron sustituyendo las ilustraciones que ocupaban los periódicos y las revistas por las fotografías. Brassaï fue uno de sus precursores destacables, especializándose en hacer fotografías de noche, con lo cual tenía que hacer uso de la cámara anteriormente comentada mientras que otros fotógrafos, como André Kertész o Robert Doisneau, usarían cámaras portátiles más manejables.

Brassaï fue uno de los primeros fotógrafos en comenzar el movimiento de la “fotografía urbana”, e inspiró a muchos fotógrafos posteriores a él con su actividad artística. En cuanto al grafiti, fue un pionero en fotografiar estos motivos, que despertaban interés y agrado entre los surrealistas debido a que recordaban al arte no occidental. Su gusto era predominante hacia los que se encontraban en una pared erosionada, porque jugaba con la estética del grafiti y lo urbano. El artista, de hecho, estuvo inmerso en el surrealismo, señalando: “el surrealismo de mis imágenes no es sino lo real transformado en fantástico por la visión. Yo tan sólo buscaba plasmar la realidad”.

Sus fotografías se publicaron en ejemplares de ‘Minotaure’, paso importante para su creación artística, ya que el surrealismo requería de fotografías para divulgación y desarrollo como corriente artística. Aunque estuvo inmerso en el surrealismo, destacó en su producción como fotógrafo por sus innovaciones, pero tuvo un arraigo hacia el realismo. Brassaï no fue sólo fotógrafo, sino que también se desarrolló como pintor, cineasta, escultor y poeta, combinando la fotografía con lo poético: fue un “poeta con cámara”.

Picasso permitió que sus obras escultóricas fuesen fotografiadas por Brassaï porque vislumbró en él sus innovaciones, tanto que no sólo quiso que fuese un trabajo documental, sino que se crease una actividad artística e ‘interpretativa’.

Vemos a través de esta retrospectiva cómo se abren las puertas hacia la modernidad, adquiriendo la fotografía, de mano de este fotógrafo, la importancia que actualmente posee en el ámbito artístico. La exposición se convierte en un estudio de análisis psicológico de los personajes, pero también del propio Brassaï. Nos permite adentrarnos en lo más hondo del París de entreguerras, invitándonos a ser los espectadores de cada escena, resultando fascinante el hecho de convertir a quien mira en parte del escenario. Encontramos cómo el tiempo parece cesar en las fotografías y el espectador queda embelesado con la escena. Brassaï nos trasmite su inquietud y fascinación por la noche parisina, con lo que nos va adentrando en todo lo que le causaba misterio, mientras que, como vemos en la sección de día, encontramos esa sosegada realidad. Brassaï nos revela cómo cada obra puede convertirse en un documento artístico e histórico.

La exposición: “El París de Brassaï. Fotos de la ciudad que amó Picasso”.

Comisario: Philippe Ribeyrolles.

Lugar: Museo Picasso Málaga.

Fecha: Del 19 de octubre de 2021- 3 de abril de 2022.

Horario: De lunes a domingo, de 11:00 a 18:00.