Oda a la distante abstracción
Carmen Moreno Chacón
Obras expuestas en «Tomando distancia», CAC de Málaga / Foto: Diario Sur
A través de esta apabullante exposición converge un atrayente lenguaje, regidor de diversas emociones, e impreso en un conjunto de obras en las que el artista evoca su dilatada evolución pictórica e intelectual mediante un trazado colorista.
Nos hallamos ante el primer encuentro con la obra de Carlos León en tierras malagueñas. Una exposición que reúne un conjunto superior a cincuenta obras en las que, acudiendo a los grandes formatos, se contempla un desarrollo y constante investigación de la pintura a lo largo de su extensa carrera. Una figura nacional de trascendencia notoria, siendo crucial en la propagación del movimiento ‘Support-Surface‘ en España durante la década de los setenta, una corriente artística que guarda una férrea relación con una grávida base teórica-filosófica, así como con el Expresionismo Abstracto americano.
«El arte es fundamentalmente un lenguaje que se presenta allá donde el lenguaje hablado o escrito ya no alcanza«, son palabras del propio León, para quien el interés por la pintura paisajística al estilo Van Gogh y las prácticas con microscopio durante su juventud, lo llevaron al inminente abandono del estudio de la Medicina y el abordaje solemne a la pintura. Autodidacta, ha ido encontrando sus propias técnicas gracias a la pericia y curiosidad que erosionaban su interior, y lo llevaron a ciudades lejanas como París o Nueva York, ampliando sus horizontes y ahondando su formación. Es por ello que se muestra como un artista muy versátil, que pinta guiado por la música y sin acudir a dibujos previos. Serpentea sobre el soporte con brío aunque sin previsión, únicamente avivado por su intuición y la catarsis creativa corriéndole por las venas. Pinta con las manos, con pincel y brocha o pistola, y ha variado enormemente de soportes dispares, experimentando y condicionando el resultado final de la obra. Para él, el soporte es además de base material de la idea, una cuestión intelectual. Una cuestión estética-filosófica que, por ello, requiere de especial atención.
Estas concepciones son necesarias para abordar la exposición, que agrupa las obras a manera de polípticos y ensamblajes, presentando cuarenta piezas de su larga evolución a lo largo de las décadas, así como once nuevas obras, inéditas y enfocadas a nuevos horizontes de trabajo. Las obras se caracterizan por esos «resultados venecianos», de gran plasticidad y expresividad, explotando formas orgánico-abstractas donde coinciden las veladuras semiocultas y geometrizantes, además de las rupturas y articulaciones complejas, creando una perfecta tensión y equilibrio entre la composición, el color y el gesto. En este proceso de depuración y reflexión, la amplia paleta cromática juega un papel esencial, variando entre los carmines, marrones y óxidos a los negros, amarillos, verdes, rosas y azules. Sin duda, se aprecia su tendencia al paisaje – en abstracto -, a la carne, en sus variantes de placer y dolor, así como el gusto por la pintura china y los expresionistas americanos, como Barnett, Newman, Pollock o Rothko.
El título de la exposición bebe de una observación de Theodor W. Adorno, y capta minuciosamente la elegancia y angustiosa delicia que el pintor produce en cada una de sus piezas. De la obra de Carlos León, al igual que sucede con otros genios abstractos como Luis Feito o Rafael Canogar, se traduce ese énfasis y naciente hambre por traspasar los límites físicos de la pintura y zambullirse en una realidad alternativa, onírica y sensorial. La necesidad de enraizarnos entre los trazos, expandirnos en color y florecer cuan veladuras, abarcando todos los rincones de la superficie pictórica, culminará en un éxtasis de solemnidad. Los sentidos burbujearán por ello, y nos convertiremos en seres abstractos y lejanos, al menos, por unos instantes, los cuales concluirán asemejándose a la infinitud dentro de los profundos lagos de nuestra memoria. Un proceso dadivoso de amalgamarnos a su pintura, con naturalidad y experimentando el recorrido de la manera más fructuosa en nuestro poder.
Exposición: «Tomando distancia».
Comisariado: Fernando Castro Flórez.
Lugar: Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.
Fecha: Hasta el 26 de abril de 2020.
Horario: De martes a domingo de 09:00 a 21:30 horas.