No hay camino para la paz, la paz es el camino

Nerea Bautista Fuentes

No hay camino para la paz, la paz es el camino

“Hiroshima & Nagasaki: cultura de paz” en Sala de exposiciones 005 de La Térmica. / Fotografía Nerea Bautista.

75 años después del terrible acontecimiento que tuvo lugar en las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki debido a las explosiones nucleares que mermaron a la población nipona, Toñi Guerrero nos muestra el resultado del viaje que realizó a estas localidades en 2019 con la intención de capturar con el objetivo de su cámara digital, cómo se vive y siente este suceso a día de hoy, qué secuelas ha dejado en la sociedad que lo vivió entonces y su repercusión a las siguientes generaciones. Su propósito es transmitir mediante retratos y fotografía social, lo que considera una gran enseñanza y experiencia personal.

La autora recoge testimonios de primera mano entrevistando a los ‘hibakushas’, supervivientes a la tragedia, a los que fotografía no sin antes conocer la historia que cada uno de ellos lleva en su corazón y los recuerdos que guardan de 1945, que ya en 2020 han sido perdonados, señal de una gran capacidad de resiliencia al afrontar sus traumas. Así, una serie compuesta por 45 fotografías nos sorprende y, al mismo tiempo, nos da una gran lección de humildad, pues vemos que los ciudadanos japoneses lejos de refugiarse en el odio o rencor, a pesar del dolor y tristeza por lo ocurrido, han decidido sacar una faceta que se muestra positiva ante la esperanza de vivir en un mundo pacífico que reniegue de armas nucleares, principal propósito a perseguir.

Un ambiente muy espiritual y respetuoso se respira en la sala ante fotografías donde se capturan íntimos rezos de los asistentes a ceremonias o entrega de ofrendas de la población nipona en monumentos cenotafios. Las famosas grullas de origami que llenan de color aquellos monumentos no solo proporcionan un toque de alegría a dichos espacios, también a la sala donde ahora se exponen estas imágenes, pues contrastan con la gama de grises y blancos que protagoniza la mayoría de las fotografías y con las oscuras paredes de la sala.

Es posible conocer lo que se representa en cada fotografía con detalle gracias a la generosidad del comisario, Agustín Rivera Hernández, y de la propia artista, Toñi Guerrero, quienes han documentado de forma innovadora en las cartelas qué es lo que vemos en las imágenes, arrojando luz acerca de la cultura oriental y haciendo posible su comprensión a aquellos que no la conozcan.

La sensación que produce visitar la muestra es sin duda reflexiva, pues esta no deja lugar a la indiferencia debido a la cercanía con la que se retrata a sus figurantes y se transmiten las anécdotas vividas. De este modo, se conciencia y sensibiliza a los visitantes sobre la existencia de estas poderosas armas nucleares, el daño que han ocasionado a la humanidad y el peligro que podría suponer que se volviesen a utilizar. Por este último motivo, los ciudadanos de Hiroshima y Nagasaki se agrupan en manifestaciones y ceremonias cada aniversario del suceso, donde lanzan al resto de la humanidad mensajes de paz con la intención de conseguir un mundo mejor.

Y es que, una vez más, queda de manifiesto con el comportamiento de la ciudadanía nipona, reflejado en el sobresaliente trabajo de Toñi Guerrero y Agustín Rivera, el acierto de una célebre frase acuñada por Mahatma Gandhi, la cual me he permitido usar para titular este texto: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.

La exposición: “Hiroshima & Nagasaki: cultura de paz”.

Comisario: Agustín Rivera.

Lugar: La Térmica. Sala de exposiciones 005.

Fecha: Hasta el 8 de diciembre de 2020.

Horario: De martes a viernes de 11:00 a 17:45 horas. Sábados y domingos de 11:00 a 14:45 horas. Lunes cerrado.