Modernidad Latente

Carmen Cobalea López

Modernidad Latente

‘Tierras silúricas’ / Foto Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Las paredes del museo malagueño se presentan llenas de propuestas de vanguardia que, en su conjunto expositivo, nos ofrecen el relato de la España artística que se perdió por culpa de la Guerra Civil. El resultado es una exposición que rinde homenaje a aquel círculo de artistas resilientes que, dentro de nuestras fronteras o fuera de ellas, trataron de no soltar el hilo y no quedarse atrás en aquella renovación artística y estética que se dio en todo el plano occidental durante el siglo XX.

El Museo Carmen Thyssen de Málaga abre su sala de exposiciones para permitirnos disfrutar de “Modernidad Latente”, un recorrido por más de sesenta pinturas brindadas en su mayoría por la Colección Telefónica, que tiene como protagonista la vanguardia española y, como línea expositiva, el entorpecido desarrollo de la misma. A través de la revisión de aquel camino artístico tan unido al período histórico en el que se ubica, consigue la puesta en valor de aquellas manifestaciones que sí tuvieron lugar a lo largo de varias décadas y que exploraron otras posibilidades plásticas, como el neocubismo o la figuración lírica.

El discurso expositivo, tras realizar una inicial incursión en las vanguardias de la anteguerra, nos sumerge en aquellos intentos de los renovadores españoles, sobre todo a partir de los años 50, tras la etapa de autarquía, de sortear hábilmente la censura. Así, el recorrido de la exposición se convierte en un viaje en el tiempo que, sin embargo, cuenta con una apreciable omisión cronológica (desde principios de los 40 hasta finales de los 50, exceptuando a los artistas exiliados o residentes en el extranjero), que formula aquella pérdida artística tras los primeros años de postguerra y nos convierte en testigos de aquella modernidad experimental a la española.

En un primer vistazo ya podemos percibir la particularidad del período más espléndido de la vanguardia española correspondiente, sobre todo, a las décadas de los años 20 y 30: estas vanguardias originales, resultado de los proyectos de renovación de la pintura de nuestro país (a menudo motivadas por el clima de optimismo, libertad y revolución de las primeras décadas del siglo XX español), cuentan con el protagonismo especial de la tendencia cubista más pura, imperante en numerosas obras de bodegones cargados de simbología (como Naturaleza muerta cubista (1917) de María Blanchard), además de presentarnos a las pocas figuras humanas de esta exposición (cortesía de artistas como Rafael Barradas, Daniel Vázquez Díaz o Juan Gris, con su destacada obra La Chanteuse (La cantante) de 1926).

Conforme el recorrido avanza, vamos observando cómo, con el precedente de la obra de Benjamín Palencia y sus propuestas de experimentación lírica en la representación de la naturaleza de los campos españoles, el papel más significativo en la exposición lo ocupan las pinturas de paisajes de posguerra vacíos, carentes de iconografía y en colores ocres y grises, correspondientes a obras hechas a lo largo de la década los 60 por artistas como Godofredo Ortega Muñoz o Juan Manuel Díaz-Caneja. Con esta acertada contraposición de artistas y obras, nos sumergimos en todo ese juego esquivo que conseguía salvar la censura, en este caso a través de la presentación de desiertos paisajes costumbristas que, a ojos del régimen, se vinculaban a los valores rurales tradicionales y a la ausencia de carga crítica pero que, en la voluntad del artista, consistían en la representación del estado anímico, no sólo de un país, sino de un arte que tuvo que pausar sus aspiraciones.

Esta exposición llega a Málaga como testigo directo del papel que juega el arte como canalizador y espejo de la sociedad que lo crea, recordándonos a lo largo de sus paredes lo frágil que es la manifestación artística ante la susceptibilidad de ser anulada y transformada bajo el yugo del ideario de su momento. De esta forma, ‘Modernidad Latente’ asume, aún sin añadirlo a su discurso directo, el papel de herramienta perfecta para todo aquel individuo que quiera ver en ella una reflexión sobre la responsabilidad colectiva de defensa de la libertad y autonomía del arte.

La exposición: ‘Modernidad Latente. Vanguardistas y renovadores en la figuración española (1920-1970)’.

Comisaría: Área de Conservación del Museo Carmen Thyssen Málaga, con la colaboración de la Colección Telefónica.

Lugar: Museo Carmen Thyssen Málaga.

Fecha: 16 de marzo – 11 de septiembre de 2024.

Horario: De martes a domingo de 10.00 a 20.00 h. Lunes cerrado (excepto festivos).