Mirror, mirror

El Centro de Arte Contemporáneo acoge una retrospectiva del célebre artista Michelangelo Pistoletto, uno de los mayores exponentes del arte povera. La muestra recoge más de treinta obras del artista comprendidas entre pintura, fotografía, escultura e instalación que hacen un recorrido por los sesenta años de su producción artística, con el espejo como principal protagonista.

Fuera de nosotros no existe la luz, ni el olor, ni el color, solo energía electromagnética que la mente codifica en información, la información de un ojo que está preparado para ver el mundo que le rodea, pero que para observarse a sí mismo necesita la ayuda del espejo.

Es en ese espejo donde se percibe la vivencia de un YO entendido como un ente ilusorio, pero a la vez como un golpe de realidad, convirtiéndose en una especulación de sí mismo, de la misma manera en la que el arte especula con la realidad a través de la mimesis.

Pistoletto mediante el uso reiterado del espejo propicia un cambio de paradigma, no quiere que contemplemos una obra de arte, quiere que seamos parte de ella, quiere deleitarnos con nuestra propia imagen, y que entendamos que el espejo es reflexión pura ya que refleja, muestra, informa y oculta los límites de nuestro cuerpo, lo que hace que se convierta en la frontera entre la realidad y un mundo imaginario.

En “UNO Y UNO IGUAL A TRES”, se recogen los aspectos fundamentales de su creación artística, basada en la reflexión sobre la vida cotidiana y como se interactúa en diferentes ámbitos de la sociedad. Nos da la bienvenida su obra más emblemática Venere degli stracci [Venus de los trapos], asentada en la yuxtaposición de trapos y la forma clásica de la Venus, lo que produce una divergencia dialéctica que dialoga con toda su obra. En esta pieza, la figura clásica vista de espaldas simboliza el ideal de belleza inalterable transmitida a lo largo de los siglos, y contrasta con una multiplicidad de trapos interminables, como alegoría del derroche de una sociedad sumida en el consumo de masas.

Dividida en varias instalaciones y mediante la combinación de materiales, a modo de realidad, se insertan en su obra todas las áreas sociales mediante la creación de diferentes ambientes. A partir de ellos, el artista nos invita a reflexionar desde la simbología religiosa y espiritual que ha imperado durante eones en el arte, empleando diferentes iconos que dialogan entre sí en una especie de Estado laico. Es el caso de Il tempo del giudizio [La hora del juicio], basada en la idea de que todo ser humano será juzgado ante un Dios. En Il templi cambiano [Los templos cambian], vemos una recreación simbólica del compromiso que Pistoletto adquiere con la protección del medio ambiente, a modo de denuncia social. De este compromiso social deriva su particular emblema del infinito, donde se desarrollan los tres estadios del paraíso. El primero hace referencia a un paraíso edénico, citerior al consumo, donde los seres humanos vivían en consonancia con la naturaleza; un segundo estadio ulterior donde el consumo y el despilfarro nos invade; y en el medio un tercero que es fruto de la conjugación de los otros dos para crear un mundo nuevo.

Nos adentramos en un espacio donde se detalla el mundo que el artista ve y en el que habita, pensado cada elemento para que interactúe con el entorno arquitectónico donde se expone, así como con el visitante y su reflejo, un reflejo que nos habla de lo efímero del tiempo y del desengaño, destruyendo la durabilidad a la que tanto nos aferramos los seres humanos mediante la metamorfosis de los cuerpos. Ese reflejo no es más que la evanescencia de la vida. Solo nos cabe preguntarnos ¿cómo será el mundo al otro lado del espejo?

La exposición: “Uno y uno igual a tres”

Comisario: Fernando Francés

Lugar: CAC Málaga

Fecha: Del 10 de septiembre al 05 de diciembre de 2021

Horario: De martes a domingos de 09:00 – a 21:30. Lunes cerrado.