Máximo, Máximo
Jesús Miguel Villaverde Calvo
Una aproximación al fascinante mundo del arte abstracto de la mano del Rectorado de la Universidad de Málaga.
Solía decir el sociólogo francés Gustave Le Bon que “el artista es mediocre cuando razona en vez de sentir”. En el mundo del arte, como sucede en otros aspectos de la vida, la dicotomía entre razón y sentimiento suele encontrarse con bastante asiduidad. Es cierto que portamos una mochila llena de siglos y siglos de arte racional que nos impide entregarnos, sin reparo, a otras manifestaciones artísticas como pudiera ser el arte abstracto. Todos nos hemos preguntado alguna vez qué sentido tienen esas formas y colores que nada se parecen a nuestra realidad, a lo tangible de nuestro día a día. Sin embargo, es justo en este punto de incomprensión donde aflora esa conexión con la obra. Un diálogo que, trascendiendo lo mental, nos evoca, nos conmueve; en definitiva, nos hace sentir.
Derrumbado el muro de lo figurativo y su necesidad de asociación con lo real, nos queda un arte universal, políglota y democratizador; premisas, todas ellas, presentes en Mínimo Máximo. Ubicada en la Sala de Exposiciones de Rectorado de la Universidad de Málaga, la muestra acoge más de cuarenta obras de las artistas contemporáneas Irma Álvarez-Laviada, Elvira Amor y Sonia Navarro. Comisariada por el profesor y crítico de arte Sema D´Acosta, sus puertas permanecerán abiertas hasta el próximo 27 de noviembre.
Si nos viésemos abocados a definir la exposición con solo dos palabras, no cabe duda de que estas serían diálogo y contrastes. El primero de los sustantivos pone en evidencia, en sumo grado, la capacidad de interacción y comunicación que existe entre los trabajos de las artistas. Mediante una simple inspección ocular resulta bastante difícil dictaminar si nos encontramos ante una propuesta individual, o como sucede en este caso, colectiva. En lo concerniente al contraste, la confrontación entre opuestos se tornará una constante durante todo el recorrido expositivo.
Nada más introducirnos en la recóndita sala del Antiguo Edificio de Correos, se advierte una fuerte contraposición entre las paredes negras que conforman la estancia y el brío cromático que se desprende de algunas de sus piezas. Algo similar acontece en la disposición de las formas. Cuadrados, rectángulos y demás diseños geométricos tienen su respuesta inmediata en la voluptuosidad de las líneas curvas y su reminiscencia a la feminidad. El hecho de que no todas las creaciones dispongan de marcos y que, en ocasiones, estén elaboradas a partir de materiales sin tratar, trae a colación un concepto tan interesante como es el de obra de arte inacabada. Las esculturas, por su parte, tampoco se encuentran ajenas a este juego de opuestos. La planitud que ofrecen algunas de las creaciones, particularmente las de naturaleza monocromática, quedan contrarrestadas con la presencia de los distintos trabajos escultóricos.
En Mínimo Máximo, el goce estético no sólo es fruto de la contemplación parsimoniosa de los elementos mencionados, sino que, además, puede llegar a sumir al espectador en una especie estado catártico. Como si de varios caminos se tratase, la exposición nos brinda la posibilidad de transitar por senderos distintos pero destinados, irremediablemente, a encontrarse. Si bien es cierto que existe una proyección particular de los sentimientos y las emociones de las artistas, es menester reseñar el poder introspectivo que produce en el visitante.
Sería bastante desafortunado e incluso irrespetuoso si pretendiésemos extrapolar la célebre frase de Le Bon a la figura del espectador. No se puede catalogar al público de mediocre por el simple y mero hecho de pretender razonar en vez de sentir. No obstante, no sería tan descabellado afirmar que, para aproximarnos al arte abstracto, es recomendable dejar a un lado la famosa mochila a la que se hacía referencia con anterioridad. Un mínimo esfuerzo que puede llegar a proporcionarnos un deleite máximo.
Exposición: Mínimo Máximo
Comisario: Sema D´Acosta
Lugar: Sala de exposición del Rectorado de la Universidad de Málaga. Avda. Cervantes, 2, Málaga.
Fecha: 7 de octubre al 27 de noviembre de 2021
Horario: Lunes a sábados de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 (cerrado festivos)