El punk no había muerto, solo estaba escondido

Para finales de la década de los setenta del siglo pasado, Michael Grecco empezó a retratar una vida de desenfreno y de excesos. Por aquel entonces, La Térmica seguía siendo un internado y todavía llevaba el nombre del Hogar de Nuestra Señora de la Victoria. Sin embargo, ambos destinos confluyen 40 años después en la exposición actual ‘Days of punk. Michael Grecco’, que reúne más de un centenar de fotografías que por fin han visto la luz.

Los Ramones, Elvis Costello o The Clash son algunos de los muchos artistas que se encuentran en las paredes de La  Térmica. Bajo una banda sonora propia, el espectador se integra en la vida del galardonado fotógrafo y director cuando apenas había cumplido la mayoría de edad y dejó su hogar italiano por los clubes de Boston y Nueva York. En estos lugares, el fotógrafo retrató con su cámara de 35mm los rituales del punk, su exaltación, desenfreno, fugacidad, majestuosidad y ultraviolencia. Y se sintió parte de ello. La brillantez de este repertorio radica en la capacidad del neoyorquino de conciliar todas estas fuerzas intrínsecas de la noche punk con una belleza formal de las imágenes. Las poses de las estrellas se contextualizan en efectos lumínicos y en ecos del punk más glorioso, uniendo así perfomance, escenografía, música y fotografía.

A medida que el visitante recorre la exposición, observa a un joven Mick Jones que a su vez lo observa a él, como si se jactara de vivir en un espíritu revolucionario que nunca más se volverá a repetir. El mejor Life of Mars de Bowie acompaña a un Leonard Cohen que parece entonar las primeras notas de Chelsea Hotel no. 2. Los ojos de Martha Davis y su cigarro desprenden una fuerza magnética que traspasa los límites de la fotografía, y si pensábamos que ya habíamos visto todo sobre Billy Idol, Michael nos ofrece imágenes del británico al más puro estilo James Dean. Y casi todos ellos perviven hoy en día, y Grecco parece haber sido consciente de ello. La Térmica hoy presenta no solo una excelente exposición fotográfica y artística, sino un importante documento histórico de una era y de un espíritu juvenil y vanguardista únicos.

En todas las fotografías está presente un halo de misterio e incluso de una pura devoción religiosa casi inefable. Michael Grecco estuvo durante una década entre clubes, backstages, camerinos, públicos y escenarios contribuyendo con sus fotografías a conformar una verdadera iconografía mitológica del siglo XX y una imaginería de los últimos artistas románticos. Grecco vivió y recorrió los Estados Unidos con ellos, y él mismo en Málaga expresó su deseo de que todos nosotros pudiéramos vivir lo más cerca posible ese espíritu de libertad.

Este fue el punto de partida para un fotógrafo al que le esperaba un futuro muy prolífico, con trabajos en Vanity Fair, People, The Guardian o Rolling Stone, el documental ‘Naked Ambition’ y el libro en el que se incluye todo este repertorio de fotografías: ‘Punk, Post Punk, New Wave: Onstage, Backstage, In yourface, 1978-1991’. La exposición evoca un mundo subterráneo que ya no existe y una juventud que predicaba “vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”, y que algunos lo llevaron al pie de la letra. A pesar de que la música se ha ido –o más bien se ha transformado y pervive en géneros actuales–, lo que nos queda es el testimonio que Michael Grecco nos ha dejado y que estos días se presenta en La Térmica.

Davis, Idol y Bowie entre otros siguen esperando a que nuevos visitantes se impregnen de su excentricidad escandalosa. Ahora esa excentricidad se presenta en Málaga, justo antes de que los ídolos del punk vuelvan a recorrer el mundo una vez más.