De Roig a Picasso. Un rostro imperdible
Juan José Delgado Guardiola
Bernardí Roig, La cabeza de Goya (2020). Fuente: Fotografía de Juan José Delgado Guardiola
Desde el 19 de octubre de 2022 la Agencia Pública Casa Natal Pablo Ruiz Picasso y otros equipamientos museísticos y culturales ofrece una muestra disímil del aclamado Bernardí Roig en sus tres espacios en Málaga.
Bernardí Roig, a sus 58 años, se erige como uno de los artistas españoles con más recorrido internacional. Originario de Palma de Mallorca, encontró un estilo conceptual íntimo y privado, marcado en todo momento por materias como la identidad propia o la sociedad y la salvaje influencia de los medios en ella.
La exposición que aquí se presenta surge desde un acercamiento de su comisario, el propio, Bernardí Roig, a su anfitrión malagueño. En la muestra se podrán observar guiños a obras concretas de Picasso, además de una reinterpretación del asunto del rostro en la historia del arte. El artista consigue condensar la cuestión del semblante hasta trascenderla a un nuevo estadio, todo ello, con el filtro inevitable en su obra del psicoanálisis.
La estructura expositiva sigue un esquema inverso, en el que el principio es realmente el final. La exposición parte del autorretrato que Picasso realiza el 30 de junio de 1972, ejecutado un año antes de su muerte. Bernardí Roig plantea una deconstrucción del mismo a través de cinco dibujos que se descomponen gradualmente, en una metamorfosis secuencial que pierde progresivamente sus rasgos humanos.
A partir de este punto de partida, ahondar en el ambiente de la exposición será de gran ayuda para entender la disposición de los elementos expositivos, los cuales se acomodan con un orden sencillo y espontáneo. En la muestra se asiste a una sugestiva conjunción o integración de las artes, con esculturas, medios audiovisuales o instalaciones, que denotan la facilidad creadora de un artista como Bernardí Roig.
La cantidad de estrategias sensoriales es llamativa, sobre todo porque la claridad y la limpieza visual son dos constantes que no se abandonan en el recorrido expositivo. El espectador se encuentra en un terreno en el que lo pulcro no se ve amenazado en ningún momento. La influencia Minimal es lo que verdaderamente hace resaltar las intervenciones de Bernardí Roig y permite al visitante vivir una experiencia sutil y selecta.
Tanto en la primera sala como en la última, Bernardí Roig crea espacios en los que la mirada se somete a un ejercicio de confusión con respecto a lo que, tradicionalmente sería el objeto expuesto. Estos espacios desahogados están ocupados por elementos electrónicos que acucian ese sentido de luminiscencia, con luces fluorescentes blancas.
La llegada a la segunda sala se prevé prometedora, y el recibimiento al caminante lo conforman una escultura y un mosaico de dibujos de verdadera trascendencia. En primer lugar, la escultura que observa los rostros tiene una presencia fantasmal. Estas esculturas tienen cabida en obras anteriores de Roig, pero en esta ocasión, está marcada por la mutilación ocular, la cual le hace huir de la perturbación del deseo.
La exposición finaliza con una alargada sala en la que se sitúan Self-portrait (light drawing) (2020) y Cabeza de luz (2019). De nuevo, el desvío lumínico es el protagonista del espacio, con una instalación de tubos fluorescentes deformados que rememoran el mítico reportaje fotográfico de Gjon Mili a Picasso en Vallauris, en el verano de 1949.
En definitiva, nos encontramos ante la exposición que, además de estar encuadrada en el habitual Octubre Picassiano, abre el programa expositivo del Museo Casa Natal Picasso con el que encarará el año de celebración picassiana, que conmemora los cincuenta años de la muerte del genio malagueño.
Del mismo modo Bernardí Roig ha actuado tanto en la Colección Museo Ruso Málaga como en el Centre Pompidou Málaga. Ambas intervenciones cuentan con un sesgo picassiano inevitable. La del Museo Ruso por las bailarinas de irrevocable raigambre degassiana, y por la influencia de este artista en Picasso. Por el otro lado, en el Centre Pompidou, una cabeza de minotauro asoma sutilmente entre una estructura laberíntica. El binomio Picasso-Minotauro es irrevocable.
En estos tres espacios, Bernardí Roig ha conseguido plasmar su esencia artística sin miramientos: el existir a través de la muerte, la descomposición del semblante, la torsión de sus dibujos, la intimidad e impersonalidad de sus esculturas.
La exposición: Bernardí Roig. El último rostro [y] La afonía del Minotauro
Comisario: Bernardí Roig
Lugar: Sala de exposiciones Museo Casa Natal Picasso
Horario: de 9:30 a 20:00 todos los días, incluyendo festivos
Fecha: del 19 de octubre de 2022 al 28 de mayo de 2023