Bajo los párpados late el miedo
Ana Isabel Báez Vargas
Retrato de Anna Ajmátova realizado por Kuzmá Petrov-Vodkin / Foto: Francis Silva
‘Poesía y Vida’ es la exposición sobre Anna Ajmátova que organiza la Colección del Museo Ruso de Málaga hasta el 1 de marzo de 2020, un recorrido por los mejores retratos que se han realizado sobre su figura.
Al fondo hay una mujer que está sola y enferma. Al fondo, la voz de millones de almas víctimas del régimen estalinista. Ella es Anna Ajmátova, una de las mejores poetas rusas del siglo XX y a quién la Colección del Museo Ruso de Málaga dedica una muestra sobre su vida y obra. De rictus amargo, mirada hipnótica y perfil anguloso, Ajmátova fue convertida en un verdadero mito: todo aquel que se cruzase en su camino acabaría admirándola y siendo inspirado por su figura imponente.
La larga vida de la poeta rusa le dio la oportunidad de retratar los momentos más críticos de la historia de su país. Desde sus inicios tuvo gran reconocimiento y eso le incitó a escribir sobre las circunstancias de su alrededor, a pesar de la incipiente represión y la censura de toda manifestación artística que no fuese acorde con lo oficial. Hacia finales de los años 20, Ajmátova escribiría Réquiem, una de sus obras maestras, en uno de los momentos más difíciles por los que la poeta y el pueblo ruso tuvieron que vivir y que, con el paso del tiempo, acabó destruida y memorizada por la propia Anna al sentirse amenazada. Sin embargo, es un claro acto de poder, de tener en sus manos la posibilidad de contar el calvario estalinista y mostrarlo al mundo. A modo de prólogo, Ajmátova cuenta lo que le sucedió en las colas para visitar la cárcel; un día una mujer la reconoció y le susurró: “¿Y usted puede dar cuenta de todo esto?” a lo que ella, rotundamente, le contestó: “Puedo”.
Réquiem es, ante todo, la contemplación del dolor, tanto personal como colectivo. En las palabras de Olvido García Valdés es “la experiencia personal del dolor y la contemplación estética de la experiencia”, y aclara asimismo que es “la contemplación del propio sufrimiento con fines de escritura”. Encontramos, por tanto, a una Anna que sufre, que pena por su pueblo, por su marido fusilado y por su hijo pero que también busca una intención estética.
En la exposición de la Colección del Museo Ruso –comisariada por Evgenia Petrova con la ayuda de la Fundación Bancaria La Caixa- nos podemos meter de lleno, por primera vez, en ese mundo de la poeta rusa, donde nos envuelve la melodía quebrada de su voz y un azul gélido propio de sus ojos. La muestra combina tanto retratos pictóricos –de Altam y Vodkin- y escultóricos – de Slonim y Danko – como fragmentos de Réquiem y otros poemas de escritores que admiraron a Ajmátova. Además, destacan los sugerentes retratos de los hombres que pasaron por su vida: los poetas Gumiliov y Shileyko, el músico Serguélevich y, por último, el afamado historiador del arte Punin.
Ajmátova abrió el camino a otras poetas rusas como es el caso de Marina Tsvetáieva, gran admiradora de Anna, la cual le dedicó un poema que podemos leer también en la exposición.
En definitiva, Anna Ajmátova se convirtió en un monumento vivo. Una mujer que aceptó su dolor y lo convirtió en poesía.
La exposición: ‘Anna Ajmátova. Poesía y Vida’
Comisaria: Yevguenia Petrova.
Lugar: Colección del Museo Ruso San Petersburgo, Avenida Sor Teresa Prat, nº15, Edificio de Tabacalera, Málaga.
Fecha: hasta 1 marzo de 2020.
Horario: de martes a domingo, de 9.30 a 20.00 horas.